EL ESTATISTA SIN PUEBLO

La democracia tiene que nacer de nuevo cada generación.

— John Dewey

Enero 26, 2017>> Pareciera que el mundo entero cae por un remolino donde no se ve piso. Constantemente trato de recordarme que todo es como el cristal con que se mira, pero muchas veces —cada vez más—, se me complica creerme el mismo cuento. 

Hacer una lista de las tensiones que existen hoy en el mundo es imposible. Añadirle a eso las tensiones que se vienen es de nunca acabar. Hay tanta evidencia para probar mi punto solamente en México que, de momento, con Baja California basta.

Durante los últimos dos días han salido a luz tantas irregularidades, favoritismos, tráfico de influencias, situaciones penables para políticos y un hervidero social que nadie imaginaba a nivel estatal (su punto máximo siendo la marcha de 60 mil personas en Mexicali), que por momentos hasta pareciera posible una renuncia del gobernador o algunos diputados por presión de la gente y/o, de más peso todavía, por presión de sus partidos.

La reciente Ley del Agua, que a los ojos del público era la causante y razón por la cual el gobernador, Francisco Vega de la Madrid, desviaría a cuentas privadas sumas de miles de millones de pesos públicos en un par de décadas, es, en realidad, una minúscula parte de un proyecto de administraciones pasadas para privatizar al estado completo. Para desgracia de los muchos, en este sistema de leyes todo es privatizable: la tierra, el mar, las nubes, el viento, la montaña, el valle, el desierto, la historia…

Suena exagerado, lo sé. Pero le doy vueltas al asunto, lo vuelvo a leer, lo borro, lo vuelvo a escribir. ¿Qué voy a decir si así lo veo? Los que hacen nuestras leyes se están regalando en especie mucho del dinero que todavía no existe.

«Si no fuera Kiko fuera otro», diría uno. Pero no es cierto. O, al menos, no es necesariamente cierto. No es verdad inamovible que tenemos que vivir como lo hacemos. No es sentencia divina que unos cuantos sean siempre los dueños de todo. Eso es lo que la unión de la clase política y empresarial quiso cuando la revolución industrial metió segunda marcha en el siglo xix, y es lo que está queriendo volver a hacer ahora con las ansias de un enfermo. Porque es verdad que las conspiraciones existen; y matan a gente por eso, directa o indirectamente, a balazos o de hambre, o de tristeza (porque de penas también se puede morir).

Entonces me pregunto: ¿qué tipo de personas venden lo que no es suyo y roban con ventaja de la casa de los que tienen menos? ¿No hay una sentencia bíblica para eso? ¿Qué no esta gente se sigue casando por la iglesia y se indigna con los abortos?

En su libro El miedo a la libertad, Erich Fromm relaciona el deseo autoritario de una persona con características sádicas, cuando un individuo “desea ganar control sobre los demás para tratar de imponer algún tipo de orden en el mundo”. ¿Qué pensarían aquellos tiranos que creyeron en la destrucción del pasado como única forma de progreso? Como aquél emperador chino que mandó quemar todos los libros del imperio porque quería que la Historia empezara con él.

Claro que nuestros gobernantes no son tan déspotas como el chino, pero de verdad me pregunto si tendrán una idea clara del progreso que quieren para todos y de cómo lograrlo. Porque esa visión seguro que la tenía el emperador. Así que como el progreso es más ambiguo ahora ya no se puede ni siquiera sentir por la gente, a riesgo de perder tu trabajo y estabilidad. «El país se mueve cuando carecemos de empatía y rebosamos egoísmo», dice el mensaje de arriba.

En fin, que con respecto a los plantones y bloqueos ciudadanos que están desde hace dos semanas en el centro cívico de Mexicali, parece que Vega no quiere o no puede abrir las oficinas del ejecutivo estatal ni del congreso del estado por un silencio caprichoso. Mientras tanto el que da la cara es el Secretario de Gobierno, quien ha repetido tantas veces que Kiko es sensible que ya sacaron memes de eso. Y sin embargo el alcalde Sánchez logró abrir el municipio desde hace una semana. Negoció mesas de trabajo ciudadanas por cada punto en conflicto y se pusieron de vuelta a trabajar.

Hasta la mañana del 26 de enero, cuando escribo esto, Francisco Vega de la Madrid ni siquiera se ha comunicado personalmente con los manifestantes.

Y mucho menos ha puesto un pie en la plaza.

El texto anterior fue parte de una serie de crónicas que se publicaron a finales de 2016 y principios de 2017 en el diario Monitor Económico y en la revista El Septentrión. El orden en el que aparecen aquí no corresponde a su cronología original .